Llama la atención que la oficiosamente reconocida como mejor Liga del mundo esté viviendo uno de sus veranos más tranquilos de las últimas temporadas. La Premier League 2009/10 se pone guapa sin excesivo dispendio, sin grandes y agitadores traspasos, sin la estruendosa sonoridad a la que estamos acostumbrados en España. Sólo el Manchester City ha disfrutado removiendo los cimientos del mercado británico con sus fichajes elitistas y sus continuos rumores filtrados. Gareth Barry, Tévez, Adebayor, Kolo Touré (segundo plato, tras la fallida persistencia en filtrar rumores sobre posibles negociaciones con el inamovible John Terry) han sido, sin lugar a dudas, protagonistas indiscutibles de lo que llevamos de verano en las islas.
Pero únicamente los aficionados del City están viviendo una canícula agitada. El resto de conciudadanos británicos, a los que sus respectivos equipos no les están ofreciendo demasiados movimientos veraniegos, se limitan a engullir jarras de Pimm’s en la terraza de algún pub, a montarse viajes relámpago a Chipre o a Magaluf, y a disfrutar con la gira de los British Lions o con los Ashes de cricket.
El Año I después de Cristiano Ronaldo está pendiente aún de algún gran traspaso. Su protagonista bien pudiera ser el Chelsea, que hasta la fecha tan sólo se ha hecho con los servicios del lateral ruso Yuri Zhirkov y del joven delantero sub’21 Daniel Sturridge, adquisiciones insuficientes para renovar un proyecto ya algo caduco. La apuesta por Carlo Ancelotti en el banquillo de The Bridge exige una renovación de la plantilla que, a estas alturas de la pretemporada, ya sabemos que no va a ser todo lo profunda que debiera.
El mercado inglés se encuentra expectante ante lo que se prevé como un movimiento pesado de Roman Abramovich y su Chelsea, pero cuenta con la práctica seguridad de que otro de los gigantes del país, el United de Sir Alex Ferguson, no invertirá esos 80 millones de libras percibidos por el traspaso de Ronaldo. Así al menos lo ha expresado el técnico escocés, tan preocupado por la economía saneada de su club como los propios hermanos Glazer. En cualquier caso, las incorporaciones de Michael Owen o de Antonio Valencia parecen insuficientes para contrarrestar la pérdida del portugués y de Carlos Tévez. Sin esos 80 millones de libras sueltos por el mercado, las secciones deportivas del Daily Mail o el Sun tienen mucha menos carnaza que deglutir.
Tampoco Anfield está registrando movimientos espectaculares, más allá de las salidas de Xabi Alonso, Sami Hyypiä o Álvaro Arbeloa. Sólo el lateral Glen Johnson, actor secundario en un plantel venido a menos, por el que se desembolsaron unos exagerados 18 millones de libras, ha venido a reforzar el conjunto de Benítez.
En el norte de Londres, el Arsenal anda más pendiente de que los millones de Suleiman Al-Fahim no le desmantelen la plantilla que de rastrear el mercado de fichajes. La no salida de Fàbregas será considerada como un éxito, en el año del retorno de Florentino y del ‘pique’ de Laporta en el capítulo de fichajes. Sin Adebayor, y con la incógnita de la recuperación de Eduardo da Silva y Thomas Rosicky, la prioridad gunner debería ser la contratación de un delantero de referencia, toda vez que la baja del lenguaraz Kolo Touré se verá cubierta con la poco sonora incorporación del joven central Thomas Vermaelen, procedente del Ajax.
A sólo horas del comienzo del campeonato, el mercado británico aún está pendiente del ‘gran movimiento’ que consiga desencadenar la previsible retahíla de traspasos. Quién sabe si Abramovich se decidirá a apostar fuerte, o si el City seguirá engrosando la plantilla del discutido Mark Hughes, o si lo de Ferguson sólo sería un farol para no levantar la liebre antes de cargar la escopeta.
2 comentarios:
La liga inglesa está pasando por una situación económica difícil. Esa es la razón dela tranquilidad del mercado, solo perturbada por los petrodólares del Manchester City...
para que el fichaje estrella del manchester sea owen! tu me dirás...
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