Sobre el blog...

Aquí conseguirás un compendio de los mejores artículos de fútbol que me topo en la web, sobre curiosidades, datos históricos, polémicas etc. De vez en cuando me animo y escribo algo también...

jueves, 25 de febrero de 2010

Los 10 equipos más odiados de la historia

En www.goal.com hay una peculiar ranking, en el que se mide los equipos que han "gozado" de menor simpatía por parte de las aficiones. ¿Estás de acuerdo con este ranking?, ¿Falta algún equipo?, veamos:

10) El Real Madrid de Ramón Calderón

Su propuesta presidencial en 2006 se basó en los fichajes de Kaká, Cristiano Ronaldo, Cesc Fabregas, Santi Cazorla y Arjen Robben. Arribó sólo el último y quizás motivado por sus deseos de dejar el Chelsea. Recién en el más reciente verano, y ya sin él, cayeron los dos primeros. Ramón Calderón y el equipo que no fue.


9) Arsenal 1986-1995

¿Un Arsenal aburrido? Es difícil de creer si se repara hoy en el estilo que distingue al equipo merced al pulso y el cerebro de Arsene Wenger, pero aquel Arsenal de George Graham -particularmente en las etapas finales de su reinado- fue uno de los equipos más aburridos de la historia del fútbol.


El escocés -por cierto, un centrocampista hábil en sus días jugando en Highbury - reposó su idea en la recordada línea formada por Lee Dixon, Steve Bould, Tony Adams y Nigel Winterburn. El Arsenal de Graham fue la versión inglesa del catenaccio italiano.

Se trató de un equipo con escaso talento técnico, que a menudo se basó exclusivamente en el prolífico goleador Ian Wright. Aún así ganó dos títulos en 1989 y 1991, aunque jugando un poco más a la ofensiva. Con todo, se convirtieron en odiados por el continente cuando levantaron la Recopa de la UEFA en 1994, al vencer al Parma de Gianfranco Zola y Faustino Asprilla por 1-0.

8) Italia - Siempre

Tan exitosos como pragmáticos y -en reiteradas oportunidades- ultra defensivos. Abonados al desprecio del talento en pos de las tácticas. Considerados los creadores de la profesionalidad, así como también de la astucia para competir y la presión a los árbitros.

También existe un sentimiento de celos hacia ellos: pocos se atreven a dudar que existen muchos futbolistas italianos guapos. Su personalidad también suele ser irritante. Con todo, se trata de una escuela tradicional y con repetidos éxitos.

7) Manchester United, Post 1993

Después de ganar su primer campeonato en 26 años en 1993, el Manchester United de Sir Alex Ferguson pronto se convirtió en el club más dominante en Inglaterra. En el transcurso de 17 años, los Devils han ganado 10 coronas en la Premier League, así como dos Ligas de Campeones. Son odiados por su éxito. Y por otros motivos...

En primer lugar, a menudo se les ha caratulado como un equipo con suerte (otros dirían que tienen un carácter increíble) debido al elevado número de goles marcados en los minutos finales, especialmente en la década de 1990. Cuando Ferguson ganó su primer título, en 1993, tal sensación ganó la escena en el momento en que el defensa Steve Bruce anotó dos tantos en tiempo de descuento para remontar una desventaja sobre el Sheffield Wednesday, al que superó por 2-1. Una situación similar se produjo en 1999, nada menos que en la final de la Champions League, en inolvidable duelo con el Bayern de Múnich.

Otro punto de discordia gira en torno a los supuestos favoritismos arbitrales. Al fin y al cabo se trata del equipo más odiado de la propia Manchester, poblada por mayoría de aficionados del City, su máximo rival.

6) Juventus - Siempre

La Juventus es odiado en Italia más o menos por la misma razón que el Manchester United es despreciado en Inglaterra.

Se trata del club históricamente más ganador de la Península en el plano nacional. Y por mucho. Se le ha descrito a menudo como un equipo de suerte, de marcar goles tardíos que sirvieron para ganar muchos juegos. Como sucede con el United, los aficionados de la Juventus se extienden por todo el país, aunque en la propia Turín domina el Torino en cuanto a popularidad.

La Juventus también ha sido acusada de beneficiarse de las decisiones arbitrales. Los controvertidos campeonatos de 1981 y 1982 y, en menor medida, el Scudetto de 1998 son algunos ejemplos claros. Y en 2006, el escándalo que sacudió al fútbol italiano dañó la imagen de la Juve ante los ojos del mundo.

5) Grecia 2004


Antes de la Eurocopa 2004, los griegos sólo habían clasificado para dos grandes torneos en toda su historia: la Euro 1980 y la Copa del Mundo 1994. Hasta entonces habían sido seis partidos, con cinco derrotas y una igualdad, un gol a favor y 14 en contra. Hasta que la consagración llegó repentina, sorpresiva, casi milagrosa...

Un equipo sin grandes nombres entrenado por el alemán Otto Rehhagel ejecutó un plan de juego perfecto. Grecia se abonó al triunfo por 1-0 y así cayeron el anfitrión Portugal, España, Francia, la República Checa y nuevamente Portugal, con aquel tanto de Angelos Charisteas para la consagración.

Muchos hablaron de la mayor crisis en la historia del fútbol internacional al ver coronarse a un equipo sin nombres ni historia, con la contra casi como apuesta única en el marco de una rígida estructura. Se dijo que estaban conformados por piezas en lugar de futbolistas. Fueron vapuleados por un sector de la prensa. ¡Y resultaron los campeones!

4) Leeds United de Don Revie

El Leeds United de finales de 1960 y principios de 1970 son ampliamente reconocidos como el equipo más odiado en la historia del fútbol Inglés.

En el campo tenían jugadores excepcionales como Peter Lorimer, Johnny Giles y Billy Bremner. A pesar de que "sólo" ganaron dos campeonatos, una Copa FA y una Copa de la Liga, además de alcanzar la final de la Liga de Campeones de Europa, deberían haber ganado al menos el doble puesto que a menudo se cayeron en el último obstáculo.

Fueron un equipo muy físico, ganándose el apodo de 'Dirty Leeds' y siendo dura y frecuentemente criticados por la prensa y por el recordado Brian Clough. El Leeds de Don Revie, fútbol cínico y agresivo.

3) Estudiantes 1967-1970

Como el Leeds, pero en la versión americana y aún más exitoso, habiéndose coronado en tres oportunidades con la Copa Libertadores y en una ocasión con la Intercontinental.

Liderado por el entrenador Osvaldo Zubeldía, y con Carlos Bilardo (entrenador campeón del mundo en 1986) y Juan Ramón Verón (padre de Sebastián) como referentes en el campo, impusieron un estilo físico de juego, centrándose en intimidar a los rivales. Impusieron las faltas tácticas y hasta hoy circula el mito de que utilizaban agujas para lastimar a los adversarios (por tal motivo son conocidos como Pincharratas).

La Copa Intercontinental 1969, ante el Milan, se ha denominado como la "La vergüenza de La Plata". Estudiantes perdió 4-2 en el global, en uno de los juegos más violentos de la historia. Tan chocante fue la crueldad que, luego del encuentro, todo el equipo fue arrestado por orden del presidente argentino Juan Carlos Onganía.

2) Bayern de Múnich de los '70

Al igual que la Juventus y el Manchester United, el Bayern es odiados en Alemania debido a su éxito. Son el equipo más popular en su país, pero todos aquellos que son rivales se oponen ferozmente a ellos.

El odio se inauguró a comienzos de la década de 1970, en un momento en el Bayern sólo había ganado dos campeonatos de Alemania en su historia. Hubo una gran rivalidad entre el Bayern y el Borussia Mönchengladbach.

El Bayern fue atacado a menudo en sus viajes por Alemania, a pesar de que en sus filas estaban varios futbolistas de la Selección Alemana que ganó la Eurocopa '72 y el Mundial '74, tales los casos de Franz Beckenbauer, Gerd Müller y Paul Breitner.

El Bayern de los años 70 también fue odiado por su fortuna. Si el club perdía las tres finales consecutivas de la Copa de Europa en 1974, 75 y 76, nadie podría haberse quejado. El Athletic de Bilbao, el Leeds United y el St Etienne sufrieron el embrujo. Y los bávaros celebraron su suerte.

El Bayern también ha contribuido al estereotipo de que los alemanes son los mejores en la organización de los partidos, pero los peores en cuanto a la pasión, lo cual también ha causado irritación en sus enemigos.

1) Argentina 1990

Es el equipo más detestado de la Copa del Mundo de toda su historia. Los hombres de Carlos Bilardo, que defendían el título logrado cuatro años antes en México, encarnaron la definición moderna de antifútbol, con excepción en el genio individual del enorme Diego Maradona y Claudio Caniggia.

Tras haber accedido con sufrimiento a octavos de final (cayó ante camerún en el recordado encuentro inaugural de la cita en Italia), Argentina enfrentó a Brasil y se defendió con 10 hombres en su campo. De principio a fin fue sometida por sus rival, que desperdició una gran cantidad de ocasiones. Pero venció gracias a una conquista en su único ataque en todo el encuentro: una genialidad de Maradona definida con brillantez por Caniggia.

Luego enfrentó a Yugoslavia, al que no logró vencer a pesar de que el rival jugó casi todo el encuentro con 10 hombres. En la definición por penaltis, un -por entonces- desconocido portero llamado Sergio Goycochea le salvó con dos tapadas.

En la semifinal contra Italia, en Nápoles, los Azzurri no jugaron su mejor partido, pero fueron el único equipo que intentó atacar. Todo se veía bien después de que Toto Schillaci les diera una ventaja temprana, pero Caniggia empató en el minuto 67 tras un grosero error Walter Zenga y luego Argentina expuso en escenario de artimañanas destinadas a que pasara al tiempo y todo se definiera en una nueva tanda de penaltis, donde Goycochea volvió a ser héroe al tapar las ejecuciones de Roberto Donadoni (el mejor jugador del partido) y Aldo Serena.

En la final contra Alemania, Argentina sufrió varias bajas por suspensión y su mezquindad logró de aquella la peor final en toda la historia de la Copa del Mundo. Sin embargo, recién fue derrotada por un penalti mal sancionado (Andreas Brehme lo transformó ene l 1-0 decisivo) a sólo cinco minutos del final, pero muchos aseguran hasta hoy que, aún así, hubo justicia.



miércoles, 17 de febrero de 2010

Lección de Segurola

Creo que este es uno de los mejores artículos que he leído en mucho tiempo, una vez más el maestro Santiago Segurola demuestra todo su conocimiento del fútbol, llevando el análisis más allá que el resto de sus colegas. Extraído de su columna en el diario español Marca.

Las figuras tienen bula

El Madrid tiene un problema muy serio: sus grandes figuras están exentas de responsabilidad, que es todo lo contrario de lo que se espera de las grandes figuras. Pero el Madrid es un equipo curioso. Las estrellas sólo son responsables de la victoria, incluso cuando sus méritos son más que sospechosos. El sábado, en Jerez, Arbeloa marcó el primer gol del encuentro, bien entrada la segunda parte, cuando las cosas pintaban muy feas. La clase de gol, en definitiva, que cambia radicalmente el signo de un partido. Las portadas se las llevó Ronaldo, autor de los siguientes goles. Con ligeras variantes, la temporada ha sido así: la infantería sostiene al Madrid, pero los laureles se los llevan otros. Las estrellas mediáticas.

A los grandes jugadores les distingue una cualidad: marcan la diferencia. Aparecen donde no alcanzan los demás. Nadie pide a Derek Fisher, Ron Artest o Jordan Farmar que protagonicen los partidos decisivos de los Lakers. Ni tan siquiera se lo piden a Gasol. Es un jugador importante, crucial, pero la exigencia máxima pesa sobre Kobe Bryant. Por eso es una estrella. Por eso la responsabilidad en el Barça corresponde a Messi, Iniesta, Xavi, Ibrahimovic y Henry. Sí, Henry. Llegó al Barça como figura y se le ha medido como figura. Ya no lo es: no ha estado a la altura de su cartel. A Piqué, Busquets, Abidal, Puyol y compañía se les pide otra clase de garantía: la solidez, la consistencia, el oficio. Son importantes, desde luego, pero en los momentos dramáticos el foco está puesto en las estrellas. Son los que generalmente ganan los partidos, y sobre todo los partidos más complicados, o los que parecen perdidos. Es lo que ha hecho especiales a Messi, Iniesta y Xavi, lo que encumbró a Etoó en tantas finales, lo que no ha logrado confirmar Henry en el Barça. De ahí las críticas.

Lo mismo ocurre en el Manchester United con Rooney, en el Chelsea con Lampard y Drogba o en el Liverpool con Gerrard y Fernando Torres. Se les considera figuras con todas las consecuencias. Juegan con la máxima exigencia. Se les espera en los grandes partidos para que lo demuestren. En el Madrid, no. O al menos esta temporada. Las figuras tienen bula. Si Cristiano Ronaldo sale expulsado, se buscan los argumentos más retorcidos y las coartadas más peregrinas para exculparlo. Tampoco hay problema con Kaka. No arranca ni a tiros, pero encuentra la simpatía y la comprensión que no se reserva a los demás. Es intocable. Las coartadas son infinitas: la difícil adaptación, su posición como supuesto cuarto centrocampista en lugar de segundo delantero, la pubalgia, etc. Cualquier topicazo sirve. El caso es eximirle de responsabilidad y festejarle por cuatro detalles. Seis meses después de comenzar la temporada, ha marcado cinco goles, dos de ellos de penalti. No importa. Es Kaká.

El Madrid decepcionó en Lyon, donde se volvió a utilizar la coartada de costumbre: Pellegrini. Y todo porque utilizó a Mamadou Diarrá en lugar de Lass Diarra, que si no son lo mismo, lo parece. Es decir, se enfoca el problema a través del entrenador y dos jugadores secundarios. Lo son porque acompañan, no porque se les pida que ganen un partido de este calibre. Como mucho, que no lo pierdan. De ganarlo deberían encargarse las figuras. Para eso se les contrató. Pues no. El mismo equipo –los arbeloas, por definirles de alguna manera- que ha llevado al Madrid hasta aquí, con menos ayuda de la prevista y con un rendimiento magnífico, aparece como responsable del fiasco de Lyon. No se llevaron las portadas cuando lo merecieron y se les pone en duda ahora, en la derrota. Típico del Madrid y su entorno mediático.

Es cierto que el partido se le complicó al Madrid más de la cuenta. Suele pasar en Europa. Suele sucederle en Lyon, donde perdió 3-0 (con Vanderlei Luxemburgo en el banco) y 2-0 (con Capello). La diferencia es que esta vez había estrellas para revertir la situación. Era un partido para ellos. Para Cristiano Ronaldo y Kaká, para comprobar el olfato goleador de Higuaín en Europa y para medir a Benzema en la adversidad. Su trabajo consistía en reparar daños y demostrar la categoría que se les supone. De lo contrario, el mayor fracaso sería el suyo. Esta vez fracasaron. No estuvieron a altura de lo que espera de unas figuras de verdad. Ni tan siquiera dieron la impresión de intentarlo. Pero saben que tienen bula. La feria nunca va con ellos.

El caso más sangrante es el de Kaká, que no está ni de lejos en el papel que se le suponía. Cristiano Ronaldo jugó francamente mal en Lyon, pero ha tenido momentos toreros en su breve trayectoria en el Madrid. Ha ganado partidos difíciles y rara vez se ha arrugado. Por el camino ha marcado 17 goles. A veces se ha tomado tan a pecho su condición de estrella que se ha olvidado de lo básico: conviene pensar que hay un compañero al lado. Cristiano Ronaldo hizo muy poco por solucionar el problema de Lyon. Kaká hizo menos. El equipo sufría en el medio campo porque no podía mover la pelota con criterio, pero Kaká nunca apareció por allí. Como cuarto centrocampista, no existió. En el capítulo defensivo, tampoco. Eso ya se sabe y se tolera con una naturalidad asombrosa. Ni siquiera molestó en el tráfico del Lyon. Terminó de palomero, en la izquierda.

El Lyon no se alteró. No le bloqueó con un doble marcaje. No utilizó al Gouvou para ayudar a Reveilliere, que no es Berti Vogts. Cuatro veces se midió con el lateral. Eran situaciones perfectas para marcar diferencias, para inventar, para sacar del agujero al equipo, para hacer lo que rara vez ha logrado esta temporada: proclamarse figura de verdad. Fracasó en tres de las cuatro ocasiones. Le faltó tanta fe como energía. Fue más problema Kaká que Diarrá. Estas cosas pasan en el fútbol, pero se toma nota y se exige el correspondiente peaje crítico. En el Madrid, no. Las estrellas no se tocan. A ellos sólo les corresponde el éxito, incluso cuando no lo protagonizan. En la derrota, la culpa siempre es de los otros. De Pellegrini y de los que no disfrutan del cartel de figuras. De favoritos del régimen.

martes, 9 de febrero de 2010

¿Acierta Capello?


Empecemos por que todos ya conocen la historia de telenovela que envuelve a John Terry, que se resume en que sostuvo un "affaire" con la novia de sus ex compañero en el Chelsea Wayne Bridge.

Pues esto, al final le ha salido caro al central del equipo del sur oeste de Londres, ya que el seleccionador Fabio Capello ha decidido quitarle la capitanía de la selección inglesa, pero... ¿ha acertado Capello con esta decisión?, analicemos:

  1. Hay quienes piensan que la vida personal es eso, personal, y que no debe influir dentro del campo, pero ¿puede algún compañero sentir respeto del capitán si este ha "irrespetado" a otro compañero? Punto a favor de Capello.

  2. Esto de la "capitanía" puede resultar un tema superfluo para algunos, pero en un torneo corto como lo es el mundial, puede ser factor clave para activar la química del equipo, ya que el capitán tiene que ser el lider de vestuario. Punto a favor de Capello.

  3. Probablemente, Bridge no vaya al mundial, ya que las lesiones y el bajo nivel que muestra su nuevo equipo el Manchester City, no lo ayudan a la hora de las convocatorias, por lo que no compartirían en el equipo. ¿Punto para Terry?

  4. La presión mediática que ha surgido puede influir en la dinámica del grupo, pero también hay que establecer límites de hasta donde tiene poder la prensa inglesa sobre su selección. Empate entre Terry y Capello.
En definitiva, creo que Capello acierta con la decisión tomada, y Terry debe asumirla como consecuencia (¡vaya consecuencia!) de sus acciones. Ojo, no estoy de acuerdo con mezclar las lo extra deportivo con lo deportivo, pero en este caso en particular creo que no podemos reprochar al técnico italiano.

viernes, 5 de febrero de 2010

Los mantos sagrados

Es una de los pocas prendas que soportó los ensordecedores gritos de la moda y el incesante avance de la modernidad. La mayoría de los uniformes de fútbol se mantienen inalterables desde los inicios el inicio del siglo XX porque son un símbolo cultural que conserva su espíritu a pesar cualquier intento postmodernista.

Billy Foulke y N.Bennett

Casi todas las casacas mantienen los colores y el diseño desde su nacimiento. Su origen puede ser la adaptación de una insignia patria, el triunfo de una idea política o simplemente el resultado de un gusto personal. Cualquiera haya sido su raíz histórica, las casacas de fútbol se han convertido en un símbolo de pertenencia y a veces, hasta en el ícono de un época.

PREHISTORIA
El fútbol como deporte organizado nació en Inglaterra, a mediados del siglo XIX. La FA Cup que el año pasado obtuvo el Chelsea es el torneo más antiguo del planeta. Y el Sheffield United fue uno de sus primeros campeones. Como puede verse en la fotografía, las franjas verticales son tan antiguas como el propio juego, por eso no es un error decir que ese es el diseño futbolero por excelencia.

En las décadas del diez y del veinte se fundaron la gran mayoría de los clubes sudamericanos. Las camisetas blancas eran las más fáciles de conseguir y por eso varios equipos aún hoy mantienen ese color en su indumentaria.

DÉCADA DEL 30
La primera Copa del mundo se disputó en Uruguay debido en gran parte al éxito deportivo que tenía el Seleccionado de ese país. Había ganado los dos últimos Juegos Olímpicos y era el máximo candidato a consagrarse en el flamante torneo planetario. En aquel campeonato, las camisetas eran manga larga y tenían un cordon en el cuello. Además, los jugadores salían a la cancha con saco, para tomarse la clásica fotografía.

Uruguay

El argentino Guillermo Stábile y el charúa José Nasazzi fueron las grandes figuras de la Copa del Mundo de 1930, mientras que el italiano Giuseppe Meazza y el alemán Mathias Sindelar se destacaron como dos de los primeros ídolos del fútbol europeo. Ellos llevaron con honor esas pesadas casacas que hoy son una verdadera reliquia.

Además del atuendo de los futbolistas, la indumentaria del árbitro tampoco carecía de formalidad. El juez que dirigió la primera final mundial de todos los tiempos, John Langenus, utilizaba un elegante traje, con saco y corbata.

Pero la moda refinada de aquellos días no sólo tenía que ver con las camisas y las chaquetas. La cabeza también debía estar bien vestida y de eso se encargaron el gran arquero español Zamora y el uruguayo Severino Varela, que incluso se hizo conocido por utilizar una boina blanca: "Siempre jugué de boina... Sí, siempre... Fue una costumbre gallega que jamás dejé. Por cábala, qué se yo", declaró alguna vez el artillero charrúa.

La Máquina

DÉCADA DEL 40

Ésta época estuvo marcada por la segunda guerra mundial, que evitó la organización de los Mundiales de 1942 y 1946. Por eso, el fútbol debió conformarse sólo con los campeonatos locales, ya que todavía no existían las copa continentales que hoy atenúan la ansiedad en el período entre Copas del Mundo.

Sin dudas, uno de los conjuntos que marcó el rumbo del fútbol continental durante aquellos días fue La Máquina de River. Con un estilo contundente y preciso, Muñoz, Moreno, Pedernera y Loustau quedaron en los anales del deporte argentino. Aquella camisa blanca con una banda roja y botones quedó en el recuerdo como un símbolo de buen juego.

Si uno ve fotografías de los cuarenta verá que las tribunas están siempre repletas y que miles de sombreros visten las cabezas de los espectadores. Sucede que ir al estadio era un paseo más, los cabelleros de la época disfrutaban del fútbol de la misma forma que lo hacían del teatro o de otros divertimentos.

Real Madrid

DÉCADA DEL 50
Fueron los años del inicio de los torneos internacionales entre los mejores clubes de Europa. En los albores de la Liga de campeones se vivió a pleno el talento de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos. Alfredo Di Stéfano y esa camiseta blanca, inmaculada, son una marca registrada del fútbol puro que desplegó ese Real Madrid.

No sólo Elvis Presley lideró una revolución en esta década. Los uniformes también comenzaron una transformación que llega hasta nuestros días. Aparecieron los números para diferenciar a los futbolistas y los arqueros comenzaron a utilizar guantes.

En 1949 ocurrió uno de los peores accidentes de la historia del fútbol mundial, cuando el avión que transportaba al poderoso Torino de Italia se estrelló en Superga. Fallecieron 18 de los más grandes futbolistas italianos del momento y aquel suceso funesto fue motivo de diversos homenajes alrededor del mundo. De hecho, River de Argentina utilizó una casaca con esos colores que incluso volvió a vestirla hace algunos años.

Pele

DÉCADA DEL 60
Los sesenta tienen una identidad propia. En esos años se inició una revolución cultural de la que no podía estar ajeno el fútbol. Si bien la psicodelia no desembarcó con todo su poder en las camisetas, sí hubo un cambio en la moda, con la aparición de los "cuellos V" y las solapas.

Uno de los mejores futbolistas de la historia brilló como nunca en esta época. Lideró a su selección y al club de sus amores en grandes hazañas. Pelé se vistió de dos colores a lo largo de su extraordinaria carrera. El blanco de Santos y el amarillo y verde de Brasil marcaron la vida deportiva de una verdadera leyenda.

Ya se habló del blanco, pero durante estos años también el negro generó admiración. Para muchos Lev Yashin fue el mejor arquero de la historia. El ruso era conocido como la "Araña Negra", por sus movimientos rápidos y eficaces, pero sobre todo por el color de su vestimenta.

Cruyff
DÉCADA DEL 70
Es casi imposible ilustrar con sólo una camiseta la historia del fútbol. Sin embargo, en un intento subjetivo, se puede decir que el naranja utilizado por Johann Cruyff representa lo mejor de este deporte.

El holandés lideró el mejor equipo de todos los tiempos, que tomó prestado el mote de una novela y lo recibió como propio. Hoy, la "Naranja mecánica" es primero la Selección holandesa de los setenta y después la novela de Anthony Burgess.

Aunque este estridente color no está en la bandera de los Países bajos, es un símbolo de identidad para los holandeses, que lo tomaron en referencia a la dinastía de Guillermo de Orange-Nassau.

Los setenta fueron años de grandes cambios para la indumentaria futbolística. Aparecieron los logos de los equipos, de los fabricantes y las publicidades. Liverpool fue el pionero en éste último campo, ya que en 1979 se convirtió en el primer club en sumar un sponsor a su rojo furioso.

DÉCADA DEL 80
La televisión ya era un integrante más de la familia en las sociedades occidentales, por eso los uniformes de fútbol dejaron de ser sólo un instrumento para diferenciar a los equipos y se transformaron en una herramienta de marketing y de publicidad.

Casi todos los clubes le sumaron a sus tradicionales diseños el logo de una compañía como patrocinador. Además, las empresas fabricantes de los uniformes comenzaron a comercializarlos en serie, por lo que el negocio se amplió aún más y los hinchas comenzaron a vestirse como sus ídolos.

Los ochenta fueron los años de Diego Maradona. Su carisma, talento y personalidad lo convirtieron en un ícono de varios equipos, por eso no se lo puede asociarse con un solo color. De todas maneras y pese al enorme amor que le profesan los simpatizantes de Nápoli y de Boca, el Diez tiene dos colores en el corazón: el celeste y blanco.

Aquella camiseta Le Coq, con gruesas tiras celestes y pequeños poros en la tela se transformó en uno de los objetos más preciados por los amantes del fútbol, gracias al genio de Fiorito. El Mundial de México 86 lo consagró como el mejor de todos y esos colores, con el número diez marcado a fuego, ya nunca dejarán de pertenecerle.

Platini

El mejor europeo de la década fue Michel Platini, que guió a la Selección francesa hacia la conquista de su primera Eurocopa. Aquel modelo azul con una tira vertical roja y tres blancas más finas es un verdadero amuleto para el fútbol de aquel país, porque se tuvo que volver a implementar para conseguir un nuevo título importante, en la Copa del Mundo 98.

DÉCADA DEL 90
En el final del Siglo XX, con la globalización en boca de todos, las viejas camisetas de uno o dos colores le dejaron lugar a otros diseños, más atrevidos y a veces hasta irrespetuosos con la historia de los clubes. Tanto en Europa como en Sudamerica, la extravagancia alcanzó a todos los diseñadores, pero en muchos casos sólo fueron intentos frustrados de cambiar algo inmodificable.

En Argentina nadie se olvida de aquella franja blanca que apareció en la casaca de Boca o de aquel uniforme negro y amarillo que vistió una vez a San Lorenzo y luego desapareció en el olvido.

De todos modos, la tradición y el amor de los hinchas por sus colores fue más fuerte que cualquier idea extravagante y en casi todo el mundo se respetó la identidad de las instituciones por sobre cualquier otra cosa.

Jorge Campos

Así, lo que más se modificó fue la tecnología de las telas y el material de fabricación. Los jugadores dejaron los pantalones y las camisetas ajustadas en el armario y se vistieron con indumentaria más liviana, cómoda y holgada. Incluso, los menos corpulentos casi que se perdían en la inmesidad de la ropa deportiva.

La Premier League nació bajo esa denominación en 1992. Y con ella, casi todos los equipos ingleses intentaron dar un vuelco a la moda futbolística. Colores llamativos y diseños con rombos o polígonos se destacaron en las canchas británicas, aunque no por mucho tiempo.

Los uniformes más recordados de esta época se vieron en el Mundial de Estados Unidos 94, un contexto adecuado para las innovaciones. El llamativo buzo multicolor del arquero mexicano Jorge Campos y la extraña camiseta de Nigeria fueron protagonistas del primer campeonato del Mundo en el que los árbitros dejaron de utilizar el negro y se probaron otro tipo de colores en su vestimenta.

Las solapas ya habían aparecido muchos años antes, pero durante la última década del milenio adquirieron mayor protagonismo en varios equipos de Europa y América. Sin dudas, fue Eric Cantoná quien hizo de ese cuello una marca registrada. Su famoso "Au revoir" en una publicidad quedó en la memoria de todos.

A fines de esta década y tras los intentos fallidos por cambiar las equipaciones tradicionales aparecieron las "terceras camisetas". Éstas son utilizadas en las Copas internacionales o en otros torneos domésticos y tienen colores extraños y diseños novedosos.

DÉCADA DEL 2000
En una época en la que lo "antiguo" vuelve a estar en la vanguardia, varios equipos a lo largo del mundo han elegido homenajear a su historia y recrearon viejos diseños con la tecnología actual. Es el caso de la Selección argentina, que jugará el Mundial 2010 con una casaca similar a la que utilizó en México 86, el último título mundial de esta Selección.

Barcelona mantuvo durante más de un siglo su insignia inmaculada, sin la presencia de ningún "cuerpo extraño". El frenesí de la búsqueda de publicidades que vivieron la enorme mayoría de los clubes le pasó por el costado a la institución catalana, que se las arregló para sobrevivir con dignidad sin vender un espacio en su camiseta.

Recién en 2005, el azulgrana se vio interrumpido por otros colores, aunque por motivos solidarios, ya que el Barça sumó a Unicef como el principal sponsor en su indumentaria. Desde aquel momento, como si este hecho le hubiera dado suerte, el equipo catalán ganó dos Ligas de campeones, varias Ligas y un Mundial de clubes.

A veces, en la búsqueda intensa por crear un nuevo estilo, se cometen graves errores. La vestimenta de Camerún fue a lo largo de toda la década una especie de conejillo de indias. En 2002 le quitaron las mangas y un par de años después, crearon una especie de conjunto entre la casaca y el pantalón. Ninguno de estos experimentos dio resultado e incluso la FIFA estuvo a punto de sancionar a la Federación por transgedir el reglamento.

Además de los colores que identifican al club o a la Selección, en estos días los hinchas también se identifican con los jugadores. Muchas de las camisetas de Real Madrid o Barcelona que se pasean por las calles de todo el mundo tienen en su espalda la leyenda "Cristiano Ronaldo" o "Messi", como si en ellas se trasladara un poco del talento de estos cracks. Por eso, el nombre de los ídolos también pasó a ser un elemento importante, casi a la par del escudo del equipo que defiende.

Hoy, las telas sintéticas que se utilizan en la indumentaria deportiva son más que una simple manera de distinguir a los equipos en la cancha. Se han convertido en un aspecto clave a la hora de salir a la cancha. Ya nadie debe preocuparse por lo pesada que puede ponerse la ropa con la lluvia o el sudor. Eso ya fue solucionado gracias a la tecnología. Sin embargo, el significado de una casaca transpirada aún tiene un valor único, el valor que se le da al sacrificio y al amor. Sí, al amor por los colores.

Rocheteau

CURIOSIDADES
Sin duda, aquella extraña casaca blanca y verde que utilizó la selección francesa en el Mundial de 1978 quedará en la historia como la más curiosa de los Mundiales. En un partido de la primera fase, el seleccionado galo y Hungría salieron a la cancha con la misma indumentaria blanca, por eso el árbitro ordenó cambiarse a alguno de los equipos. Como ninguno había llevado la camiseta titular, se decidió pedir un juego a algún club cercano. Así, aparecieron las insignias del Kimberley marplatense, que se convirtió en el único club que "disputó" un Mundial.

La camiseta "extraña" más recordada es la de Alemania en 1990. Las empresas de ropa deportiva habían comenzado a idear estrategias para modificar la imagen de las Selecciones y la de Alemania fue una de las primeras que se animó a cambiar. Dejó de lado la tradicional insignia blanca y eligió un extraño modelo que alternaba rombos rojos y negros en la parte superior. Esa camiseta llegó a la gloria en Italia y nunca más será olvidada por los teutones.

Al Hull City de Inglaterra le dicen los "Tigres" por sus colores amarillo y negro. En 1992 intentaron llevar más allá ese apodo y crearon unas camisetas totalmente "atigradas", como para intentar asustar a sus rivales.

Alemania

El Real Madrid de los cincuenta y sesenta era una verdadera máquina de fútbol. Dejó una marca no sólo en los hinchas Merengues, sino en cualquier amante del buen juego. Por eso, Leeds United, uno de los mejores conjuntos de Inglaterra, decidió homenajearlo y dejó de utilizar el azul para dejarle paso al blanco, que el Real ya había tomado prestado del Corinthians de Brasil.

La cultura de cada país ocupa un sitio importante para los cerebros que se dedican a diseñar las insignias de las Selecciones. Hace algunos años, la camiseta de México mostró motivos aztecas, al igual que la de Argentina, que tenía un escudo "fileteado".

Todo el mundo recuerda la vestimenta azul con la que Argentina le ganó a Inglaterra en los cuartos de final de México 86. Lo que no muchos saben es que aquella no era la indumentaria que tenía preparada la empresa para ese partido.

Carlos Bilardo recibió las camisetas unos días antes y se quejó de lo pesadas que eran, por eso mandó a comprar un juego de repuesto. Cuando llegaron y las vio, volvió a mostrarse disconforme hasta que apareció Diego Maradona y dijo: "Estas remeras están muy buenas, con ellas les vamos a ganar a los ingleses". El fin de la historia es bien conocido.

Vía: ESPN

miércoles, 3 de febrero de 2010

Táchira deja escapar el pase

El Deportivo Táchira llegó con la leve ventaja del gol conseguido por Armando Maita en el partido de ida, se preveía un partido difícil y con un Libertad desesperado en busca del gol inicial que emparejara las acciones en el marcador global. Sin embargo, el inicio del partido fue bastante tranquilo e incluso el Táchira se adelantó en el marcador, pero los constantes errores entre los defensas y Manuel Sanhouse, hicieron posible la remontada.

Defensores del Chaco no mostró la masiva presencia de aficionados que la gente esperaba debido a la importancia de este partido para poder acceder a la fase de grupos de la Copa Libertadores. Sin embargo, los pocos aficionados que se hicieron presentes apoyaron a su equipo cuando más lo necesitaba...y también lo pitó cuando más lo merecía.

Las primeras ocasiones del compromisos las generó Libertad a través de Rodolfo Gamarra, el delantero salió en constantes oportunidades de su posición y desde la banda derecho volvió loco a José Luis Granados, habilitó en diversas ocasiones a Pablo Velásquez y desconcertó en varias oportunidades a

Con el pasar de los minutos el partido se tornaba favorable al Deportivo Táchira, Libertad en ocasiones abusó del pelotazo al área y llegó un momento que no tenía argumentos para sorprender al Campeón del Torneo Apertura 2009 del fútbol venezolano.

Cuando transcurría la media hora de partido, Táchira ganó un tiro de esquina, en donde Pedro Boada sacó un gran remate dentro del área para que se colará directamente por el ángulo derecho del arco defendido por Medina. Injusto resultado para ese momento, ya que el Táchira apenas había pisado el campo contrario.

Los de Maldonado manejaron mejor los tiempos luego de conseguir la ventaja, Libertad estaba obligado a marcar al menos tres goles y que Táchira no hiciera otro para poder pasar. A los 40 minutos todo indicaba que ambos conjuntos se marcharían a vestuarios con el 0-1 reflejado en el electrónico del estadio Defensores del Chaco, pero fue en ese momento cuando Gamarra le ganó una pelota a Sanhouse y se inventó una sobre la línea de fondo que puso el 1-1.

Tras la charla de los entrenadores en el descanso, ambos conjuntos saltaban nuevamente al engramado para disputar la etapa complementaria. El resultado aún era muy favorable al Deportivo Táchira y resultaba imposible pensar que Libertad consiguiera el pase.

Con el pasar de los minutos la desesperación se apoderó de los aficionados presentes, su equipo no conseguía llegar con claridad y los minutos pasaban. Torrente movió sus piezas en el banco y le dio ingreso a Javier González y Wilson Pittoni, éste último fue el revulsivo.

Los cambios le dieron resultado a Torrente, Sanhouse tuvo que intervenir en diversas ocasiones para evitar la caída del arco aurinegro, que defendía con el cuchillo entre dientes la ventaja de dos goles a su favor en el marcador global.

A falta de veinte minutos para el final, una pelota en profundidad obligó la salida de Sanhouse que dejó el rebote servido para Pablo Velásquez, el delantero no perdonó y metió a su equipo nuevamente en el partido. Maldonado no se quedó de brazos cruzados y echó mano del banquillo con Greco y Arismendi.

Los últimos minutos serían de infarto, Libertad volcado al ataque esperaba más que una genialidad de sus jugadores, otro error del Táchira. Precisamente luego de una pelota perdida de Jorge Rojas en la mitad del campo, Pablo Velásquez avanzó unos metros y sin pensarlo dos veces sacó un latigazo a ras de césped con la zurda que dejó sin opciones a Sanhouse. La euforia se hizo presente en el Defensores del Chaco.

A diferencia del Táchira, Libertad sí supo administrar su ventaja y la pudo ampliar, ya que Baldassi pitó un penal muy riguroso en favor de Libertad pero Roberto Gamarra la mandó a las nubes. Libertad hizo valer su camiseta y dejó al Táchira sin entrar en la Copa Libertadores, en donde estuvieron muy cerca durante casi toda la eliminatoria pero esos errores puntuales evitaron el sueño aurinegro.

Vía: Goal.com