Indagando sobre el juego entre Venezuela y España en distintas páginas y blogs, llegué gracias a twitter al blog de @ManuDeOliveira, llamado El Líbero, donde expresa la primera opinión que comparto en su totalidad acerca de la derrota del combinado sub 20 en el mundial de Egipto:La caída de ayer ante España no puede sorprender a nadie. Ni ofender ni molestar, mucho menos decepcionar. El encuentro ante los ibéricos no estaba en las cuentas de nadie y una derrota, si se busca el equilibrio, era lo previsible. Los de Milla son favoritos al título y Venezuela, ambiciosa y alzada, no deja de ser debutante.
Venezuela ha mostrado destellos de sobra en lo que va de Mundial sub-20; sin embargo, el segundo rival de nivel que debió enfrentar (Tahití, vamos, fue un gran episodio pero no da para el análisis) desnudó problemas que no pueden dejarse pasar sólo porque se hace historia en cada paso dado. No son transcendentes, pero pueden ser útiles para lo que viene. España no dejó que la Vinotinto tomara el balón ni con las manos.
El porcentaje de posesión de balón de los españoles fue engañoso (57%), porque Venezuela fue simple espectador por largo rato. Poco antes de la media hora, la furia tocó y tocó sin perderla por dos minutos (cronometrados) y, además, terminó el “tac-tac” con una jugada de peligro. Se respeta la vocación de Fair Play de la selección, pero eso no puede suceder de hoy en adelante. Además, el 4-2-3-1 deslució. Del Valle se vio aislado y Orozco intentó lo que pudo. Pérez y Fernández penaron por la cancha, al tiempo que los laterales estaban ocupados conteniendo al rival. Todos detalles que pueden mejorarse para el reto histórico de la próxima fase.
A partir de ahora, todo lo que ocurra será ganancia para Venezuela y lo de ayer no es para armar dramas, realmente, pero si se corrigen esos lunares, el sueño podría alargarse un poco más. Más allá de octavos, más allá de Suez.
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