Cientos de años después de sus primeros pasos, son numerosos los motivos por los que la Premier es a día de hoy el producto estrella en el mercado futbolístico europeo, pero uno de ellos es el atractivo de algunos de sus personajes. Entre todos ellos, uno absolutamente incomparable, escandaloso, odiado y querido a partes iguales pero, sobre todo, excéntrico, muy excéntrico:Brian Clough.
Clough arrancó su aventura como técnico en el modestísimo Hartlepool United de la cuarta división y a los dos años, firmó por el Derby County. Con los carneros no tardó en demostrar todo su potencial pues en su primera campaña logró el ascenso y en la segunda los llevó directos al título, el primero en toda su historia y el que impulsaría una carrera meteórica y llena de sobresaltos. Pero si en County Ground (estadio del Derby County anterior a Pride Park), dejó huella, mucho mayor iba a ser su impacto cuando en 1975 se vinculó al Nottingham Forest, un equipo simpático que perdía el tiempo en categorías inferiores y que, como ya hizo años atrás, iba a ser revitalizado por las enseñanzas de Mr.Clough. En sus primeros meses salvó al club de un nuevo descenso y, tras su primer objetivo cumplido, ascendió al primer nivel, formando una plantilla memorable con jugadores como Viv Anderson(primer jugador de color de la selección inglesa), John McGovern,Trevor Francis, Martin O´Neill o el trío de internacionales escoceses más famoso del momento, John Robertson, Archie Gemmill y Kenny Burns. Además, el caballero Peter Shilton en la portería.
Su éxito fue imparable y apoteósico pues no necesitó tiempo para acoplar sus ideas, que pasaron a los anales tras convertirse en campeón inglés por delante del Liverpool, líder absoluto de los 70 y cuya fama traspasaba fronteras. Esas metas continentales iban a llegar poco después para los humildes chicos de Clough, que confirmaron sus intenciones al pasearse ante el todopoderoso cuadro Red en la primera ronda de la Copa de Europa de 1978-1979. AEK de Atenas, Grasshopper, Colonia y ya en la final el Malmo sueco, se rindieron ante la máquina que había formado el técnico en City Ground. Tal era el potencial, que un año después volvieron a clonar su éxito, esta vez en el Bernabeu y ante un Hamburgo con cierto sabor británico pues ni el mismísimo Kevin Keegan pudo frenar esa incontrolable marea de ilusiones. Dos Copas de Europa míticas.
Sin embargo, entre las dos etapas más brillantes de su carrera (Derby County y Nottingham Forest), Brian tuvo una pequeña pero impactante travesía por el Leeds United. Después de haber brillado con los carneros y de dejarse caer por el modesto Brighton & Hove Albion de la Tercera División para separarse de los focos de la fama, el Leeds llamó a su puerta con el único objetivo de que lograra hacer jugar a un club que arrastraba la fama de ser el más arcaico, físico, defensivo y aburrido del momento. Aquello debía ser el retorno del entrenador que más portadas había protagonizado en los últimos años pero se convirtió en una etapa tan corta como singular pues sólo estuvo en el cargo44 días (los que se reflejan en The Damned United).
Esa agonía arrancó en la presentación con una declaración algo incomprensible en contra de aquellos que le acababan de fichar: “Hasta donde sé, ustedes pueden tirar a la basura vuestros trofeos conquistados, porque ustedes los ganaron haciendo trampas”. No tardó en levantar polémica, generar detractores, crear enemigos deportivos en la institución y hasta provocar ‘pataletas’ de un presidente que aguantó mensajes intimidatorios por mantener en el banquillo a aquél que, con sus jueguecitos, estaba poniendo su vida en juego. Clough, pasivo y bohemio como él solo, tuvo tiempo para bajar los humos a uno de los jugadores más famosos de la plantilla (el duro Johnny Giles), al que le hizo pensar sobre su pésimo estilo de juego: “Dios no te ha dado seis tacos para que los claves en la pierna de un rival”, dijo en tono grotesco.
El día de su cese, consciente de que aquello había levantado un revuelo sobrenatural y de que los focos le permitían volver a sentirse como el dios futbolístico que siempre quiso ser, se marchó liándola, como no podía ser de otra forma: “Hoy es un día muy triste….para el Leeds United”, sonrió. Estos alocados 44 días como míster de los whites, fueron suficientes argumentos para que David Peace escribiera su particular best seller y para que, ahora, décadas después, The Damned United le recuerde en su etapa más prepotente.
Continuas provocaciones a rivales, declaraciones altisonantes, gestos chulescos en partidos trascendentales y una sensación de personaje estrambótico, hicieron de Brian un personaje único. Fama que no le abandonó jamás y que aún hoy representa en el fútbol un modelo para muchos y un ejemplo a evitar para otros. El cine nos espera (esta vez será más difícil convencer a la novia) con la que, sin duda, es la película más esperada de la temporada en Inglaterra, donde ha sido catalogada como el mejor film futbolístico de la historia. Un tributo al fútbol. Un tributo a Clough.
1 comentarios:
Excelente pelicula, una de las mejores peliculas de fútbol que he visto.
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